Desde que comienzan a aparecer las primeras luces por el este hasta que se vuelve a hacer de noche, se abre un sinfín de posibilidades para el fotógrafo de paisajes. Paisajes naturales, paisajes urbanos…
El fotógrafo Javier Martínez nos cuenta cómo hacer las mejores fotos de paisajes, del alba al ocaso, a través de su experiencia y alguna anécdota. Javier es un fotógrafo y arquitecto español especializado en fotografía de viajes, paisaje, astrofotografía y arquitectura. Disfruta combinando sus tres pasiones: la montaña, la fotografía y las estrellas.
En 2017 ganó el concurso del Centenario de los Parques Nacionales organizado por el MAPAMA. También ha obtenido menciones y premios en los Sony World Photography Awards (2017) y en los Kolor Panobook Awards (2015 y 2016). Sus fotografías han sido publicadas en medios internacionales como National Geographic, BBC, Daily Telegraph y nacionales como El Mundo, La Vanguardia, Diario de Avisos y El País. En este último medio fue nombrado como uno de los «10 fotógrafos españoles a seguir en Instagram en 2018». Una de sus fotos de la Luna entre las Cuatro Torres de Madrid fue elegida «Astronomy Picture of the Day» por la NASA.
Javier Martínez Morán (Madrid, España) Es un fotógrafo y arquitecto español especializado en fotografía de viajes, paisaje, astrofotografía y arquitectura. Disfruta combinando sus tres pasiones: la montaña, la fotografía y las estrellas. Su reciente libro "La luz en la fotografía de paisaje - Del alba al ocaso" ofrece un minucioso repaso sobre cómo afrontar esta modalidad.
FotoRevel.es – ¿Cómo te iniciaste en la fotografía y cuál fue tu primera cámara? ¿Cuál fue tu primera experiencia?
Javier Martínez – Fue por 2012, estaba estudiando la carrera de arquitectura y nos dijeron lo típico: que venía muy bien tener una cámara para poder hacer fotografías de las diferentes maquetas o de modelos de los de los edificios.
Después de darle vueltas unos meses, porque yo ya veía que me gustaba mucho la fotografía, me hice con una cámara. Ya estaban las compactas un poco de capa caída y estaba utilizando el móvil bastante, y me lancé a por una Nikon 3100. De una manera totalmente autodidacta, a mi ritmo y a mi rollo, empecé a mirar los blogs que había por Internet, los foros; y poco a poco fui aprendiendo de manera autodidacta. Me fui liando, poquito a poquito, y se convirtió casi en una obsesión. Y aquí estamos.
FR – Hemos visto que en el último libro que has publicado cuentas que utilizas, además de la cámara, un móvil y una GoPro ¿Qué opinas de todos estos accesorios? ¿Cómo complementan tu afición? ¿Te parece interesante el uso de drones?
JM – Actualmente cuento con una cámara Sony Alpha 7 III, que es una modelo full frame que salió muy bien hace ya unos añitos; la verdad es que no tengo ninguna queja en cuanto a su rendimiento. Luego tengo una serie de objetivos, aunque siempre intento que mi equipo sea lo más ligero posible, pues por el tipo de fotografía que hago el peso es un factor a tener en cuenta. Subiendo montañas o haciendo largas caminatas es fundamental que el equipo sea lo más ligero posible.
Utilizo objetivos Tamron 17-28 mm y 28-200 mm que, más o menos, me cubren un buen rango de focales. Bueno, ya sabes que siempre tenemos más objetivos por ahí, porque nos gusta mucho el cacharreo, pero esos son los objetivos principales que más utilizo. Y bueno, pues como hemos comentado, también me gusta el tema de las GoPro, tanto para grabar los videosblogs que subo a Youtube donde muestro un poco lo que hay detrás de las fotografías, como las hago y que, oye, que no siempre todo es llegar a hacer una foto bonita y besar el santo, que a veces hay detrás de las fotografías muchos momentos complicados que también hay que contarlos.
Respecto al tema de los drones, tengo uno que lo utilizo básicamente porque me gustan, aunque no profesionalmente. La razón es que, tal y como está actualmente el tema de las normativas, no le veo mucho sentido: me da siempre la sensación de que puedes estar haciendo algo ilegal. Me gusta, pero no me quiero complicar de momento, hasta que se termine de aclarar esa situación.
En cuanto al tema del móvil, bueno, pues hay gente que dice que eso no es una cámara, que no hace fotos. Para mí el móvil es como cualquier otra cámara, igual que la GoPro, igual que un dron, son herramientas que hay que saber cuáles son sus limitaciones, sus características y usarlas cuando se puede. El móvil tiene la tremenda ventaja de que siempre lo llevamos encima y eso es un punto positivo a favor, pero inmenso. Además, tiene otras muchas ventajas, por ejemplo, durante Filomena iba cargado con la cámara como una mula y se me condensó el objetivo por dentro y no pude hacer fotos. Todo el reportaje que tengo de la nevada de Filomena en Madrid está hecho con el móvil. Si en ese momento me hubiera obsesionado con la cámara me habría quedado sin fotos.
Teóricamente, si vamos a hablar de astrofotografía o fotografía de paisaje con mucho rango dinámico, el móvil tiene sus limitaciones, pero bueno, si sabes las herramientas que tienes y cómo usarlas: puedes salir del paso.
FR – ¿Qué móvil tienes? ¿Qué características echas en falta? ¿Qué le pedirías?
JM – Pues ahora mismo estoy con realme x3 superzoom, que es un móvil de gama media. Tampoco es un móvil tope de gama, pero hace unas fotos que están muy bien. Yo no echo de menos gran cosa. Obviamente, los móviles, pues siempre echas en falta el revelado de los archivos, porque me da la sensación de que el archivo JPG que sale de cualquier cámara, ya sea del móvil o de una full frame, pues es el procesado que decide la marca; no es mi toque personal.
Me gustaría, por ejemplo, que los móviles tuvieran más accesible la función de poder disparar en RAW; sin tener que entrar en modo profesional. Esto le quita mucha inmediatez al final.
FR – ¿Qué hace falta para fotografiar paisajes tan impresionantes como las que salen en tu libro?
Yo creo que uno de los mayores pasos que he dado a lo largo de estos años haciendo fotografías es el tema de la planificación. Me dicen que soy un poco pesado con esto, pero es que para mí fue como un salto muy grande cuando empecé a tomármelo en serio.
Yo antes, pues estaba en casa y decía: “voy a ir a tal sitio a fotografía el atardecer y llegaba y el atardecer era una basura”. Volvía a casa sin la fotografía. A partir de eso empecé a pensar lo que quería realmente, si las que las nubes estén de un determinado color o que la luz entre desde un lado. Tenía que buscar herramientas que me permitiesen planificar o saber con un poco de antelación si esto va iba a pasar o no. Nunca lo vamos a saber al cien por cien, pero oye, siempre vamos a tener algo más de seguridad para no volver con las manos vacías.
Yo creo que la planificación, comprender un poco cómo funciona la luz, la escena, por dónde puedo entrar, qué tipo de nubes hay y cómo van a comportarse con relación a esa luz; es una de las cosas que más me ha ayudado estos años. De hecho, en el libro, hago bastante hincapié en un apartado sobre este tema, porque yo creo que es capital entender cómo funciona.
FR – ¿Utilizas para ello alguna herramienta o APP con el móvil?
JM – Sí, las aplicaciones lo ponen todo muy fácil, como PhotoPills o Planit Pro: Photo Planner, ya que te permiten ver por dónde va a estar el sol en cada momento, por dónde sale y a qué hora se pone. Y también aplicaciones meteorológicas que ofrecen imágenes por satélite de cómo está el momento, predicciones a largo plazo para ver qué tipo de nubes vamos a tener. También las webcams, deberíamos poner más por todo el mundo. Es una maravilla poder ver cómo va a estar el cielo en un momento dado en un lugar determinado.
FR – ¿Cuáles son los mejores momentos del día para hacer fotos de paisajes?
JM – El día es muy largo y aprovechar únicamente el atardecer o el amanecer, que son los momentos que se llevan todo el reconocimiento porque la luz es un poco más bonita y es mucho más potente, pues sería una lástima porque tenemos ahí un montón de horas del día que dejamos de utilizar. Yo creo que no hay luz mala, salvo algunos días, algunos momentos muy concretos. Sí sabemos lo que queremos, por ejemplo, si estamos haciendo fotografía más turística en la que lo importante es el lugar y el paisaje; pues a lo mejor no nos interesa un cielo espectacular que le quite protagonismo a lo que estamos fotografiando. Lo ideal es saber adaptarse un poco a esas condiciones.
El trípode también es una herramienta que utilizo muchísimo. Hay gente que le da salpullido solo de pensar en cargar con él. Pero a mí me gusta mucho porque me proporciona la capacidad de pararme un momento, pensar tranquilamente y tomármelo con más calma. En el 95% de las situaciones utilizo el trípode.
FR – ¿Algún tipo de iluminación especial?
JM – Trabajo siempre con luz natural, no tengo ninguna preferencia de que la luz entre por un lateral, por detrás o frontalmente. Depende del lugar en el que estemos y de lo que queramos fotografiar. Hay que ir adaptándose un poco a lo que tenemos. “No hay luz mala si sabemos lo que queremos”. Cuando la luz es contraria a lo que busco intento otra cosa, salgo de ese bloqueo mental e intento sacar lo máximo posible.
FR ¿Por qué fotos de paisaje y no hacer otro tipo de fotografía?
JM – Yo creo que es una mezcla de varias cosas. Cuando empecé con la fotografía, como te comentaba, estaba estudiando la carrera y bueno, ya sabes; cuando empiezas con la fotografía empieza a tocar varios palos, que si macro, que si retrato… y al final yo creo que la fotografía se convirtió un poco en una vía de escape para para olvidarme de todo el tema de la carrera, de todas las entregas y de todos los exámenes. Entonces salía con la cámara y me iba a hacer fotos a al campo y la naturaleza.
FR – ¿Qué es lo que más valoras de los adelantos de la fotografía digital?
JM – A mí me gustan muchísimo las cámaras sin espejo, especialmente por la posibilidad de poder ver “casi” la fotografía final cuando la estamos haciendo. Yo empecé con una réflex digital. Podías hacer la foto y mirar cómo había quedado en la pantalla, pero no lo podías ver a través del visor, Ahora mismo, con estas cámaras, puedes ver cómo va a quedar la fotografía en el visor.
Incluso te pueden avisar con chivatos de si se te está quemando alguna zona, si alguna está muy oscura, donde estás enfocando; y eso me parece tremendamente útil para que el tema técnico no sea un impedimento. Simplemente, puedes dedicar la mayoría de tus esfuerzos en crear la fotografía, potenciar la creatividad y dejar que el apartado técnico quede en un segundo plano. Es súper sencillo hacer fotografías.
FR – ¿Qué echas en falta?
JM – Para el tipo de fotografía que hago, el día que saquen un modelo con helio para que no pese nada lo pondré en mi lista de deseos. Mi equipo es muy ligero, pero, aun así, cuando tienes que ir a un sitio cargado con tres o cuatro kilos de más; aparte del agua, de la comida, de la ropa, la tienda de campaña…miras el móvil y si pudieras ir solo con el sería una pasada.
También creo que las cámaras deberían mejorar más mediante la fotografía computacional. No digo que todos tengamos que hacer fotografías que sean procesadas por las cámaras a muerte de una manera exagerada; pero yo creo que sí que se pueden conseguir cosas muy interesantes como estimular largas exposiciones o reducir el ruido de una manera increíble. El rango dinámico creo que es otro campo muy interesante y puede ser ideal para explorar.
FR – En el libro comentas de pasada los eventos y concursos en los que has participado. ¿Qué impresión tienes de estos?
JM – La verdad es que los premios siempre son en general algo muy satisfactorio, especialmente cuando puedes participar y consigues alguna mención o algún premio. Sobre todo, los Sony World Photography Awards, que son concursos en los que participan un montón de fotógrafos de una calidad brutal. No hay más que ver los ganadores. Siempre es una ilusión muy grande estar entre esos nombres. En el caso de los premios de Sony recibí una mención en la categoría de panorámica, un par de panorámicas que tenía de la Vía Láctea, de astrofotografía.
FR – Te dedicas también a la docencia a través de una página web.
JM – La academia surgió porque empezamos a hacer talleres, y digo empezamos porque la idea surgió con un compañero: Abián San Gil. Muchas veces iba a Canarias y hacíamos ahí algún taller o alguna pequeña clasecilla, pero a raíz de la pandemia el tema de presenciales se complicó bastante; y decidimos lanzar una academia online, que toda la formación fuera a través de Internet.
La idea era hacer vídeos que no fueran muy largos y complejos, que no se tuviese que estar pegado a la pantalla una hora o 40 minutos. Agrupar todo ese conocimiento, que se podía encontrar de manera gratuita por Internet; pero de una manera ordenada, para no perder el tiempo buscando aquí y allá. Yo creo que es un valor añadido y decidimos sacar adelante esa academia donde todas las semanas vamos subiendo un video cortito; explicando las diferentes técnicas o alguna duda que nos plantea algún alumno, un revelado. En fin, todo lo que hay detrás de una fotografía.
Hacemos series que son como los capítulos principales de un libro, en el que yo cuento todo lo que hay detrás de una fotografía. Cómo se ha planificado, cómo se ha hecho y cómo se ha editado. La verdad que estamos muy contentos de cómo va, es muy satisfactorio poder estar en el otro lado, ayudando. Siempre digo “si yo hubiera tenido esto cuando empecé, la de horas que me habría ahorrado”.
FR – ¿Alguna anécdota?
JM – Bueno, con este mismo compañero con el que hago los cursos en internet estuve en abril, hace un año, en la isla de la Palma. Subimos al punto más alto de la isla, Roque de los Muchachos, para hacer fotografías por la noche y nos pilló una noche con vientos de 120 km/h. Tuvimos que quedarnos a dormir dentro del coche y este se bamboleaba de tal forma que pensábamos que iba a volcar en cualquier momento.
Estuvimos ahí unas 3 o 4 horas, esperando a que saliese la Vía Láctea, a que el viento parase un poco; y cuando salimos el viento parecía que había parado un poco, pero se levantaron las nubes desde las cotas más bajas. Nos pasamos otra media hora metidos en la niebla, con un viento que no daba cuartel y mucho frío. Una de las veces que peor lo hemos pasado. Luego la fotografía la ves y dices: “qué maravilla, qué bonito estar ahí disfrutando del cielo estrellado”, pero tras esa fotografía hay unas horas y un sufrimiento bastante grande.
Los 10 consejos de Javier
- Planificar y comprobar el estado del cielo, las nubes, posiciones del sol, luna, etcétera.
- Preparar el equipo bien, limpiar los objetivos, filtros, cargar baterías y vaciar tarjetas. No hay nada peor que un fallo o error en el momento álgido de la sesión por esto.
- Pensar bien lo que queremos hacer y qué queremos planificar
- Tomarnos con calma el encuadre y la ejecución. Un trípode nos ayuda mucho a esto
- Comprobar siempre la fotografía, si todos los parámetros son correctos, si el enfoque está bien…
- No desesperar si la sesión no sale como pensábamos. A veces podemos recoger demasiado prontos y perdernos la mejor luz.
- Siempre revisar el lugar en el que hemos estado antes de irnos. No sería la primera vez que alguien se olvida algo.
- Hacer copias de seguridad múltiples al llegar a casa, o al hotel si estamos de viaje. Hay dos tipos de discos duros, los que se han roto o los que se van a romper.
- No comenzar a editar a lo loco, pensar muy bien el resultado que queremos conseguir y actuar en consecuencia.
- Disfrutar del proceso y pasarlo bien. Eso es lo importante.
El libro
La luz en la fotografía de paisaje
Desde que comienzan a aparecer las primeras luces por el este hasta que se vuelve a hacer de noche, se abren un sinfín de posibilidades para el fotógrafo de paisajes. Paisajes naturales, paisajes urbanos… Durante el amanecer, el atardecer o a plena luz del día. Cualquier momento es bueno para hacer fotos si conocemos la luz y cómo usarla a nuestro favor. Como bien nos cuenta Javier en la entrevista: «No hay luz que sea mala si sabemos lo que queremos«.
En este libro veremos cómo el autor se enfrenta a estas diferentes situaciones e intenta resolverlas de la mejor manera para poder llegar a casa con la tarjeta de memoria llena de buenas capturas, recuerdos y momentos especiales.
La obra muestra algo tan importante, y vital en el trabajo de Javier, como es la planificación; y también las herramientas que más nos ayudarán hasta la toma de las fotografías en los diferentes momentos de luz que encontraremos a lo largo del día. En cada capítulo se ofrece un intenso repaso a través del trabajo fotográfico del autor, incidiendo en los diferentes momentos de luz y técnicas para sacar el máximo provecho de cada sesión.
Javier da buena de lo que esconde cada una de las imágenes del libro, evaluando minuciosamente cada una de ellas; y analizando la composición, los datos y los ajustes de procesado. Se trata de una obra imprescindible para todo aquel que desee iniciarse o profundizar en la fotografía de paisaje. Un completo manual con un sinfín de retos e ideas que se van desgranando página a página, sin dejar nada en el aire. Si quieres profundizar en la fotografía de paisaje, tanto natural como urbana, este libro te será de gran ayuda.
FICHA TÉCNICA
Colección: Photoclub
Precio: 27,50 €
Paginación: 320 color
ISBN: 978-84-415-4466-6
Fecha de publicación: Marzo 2022
Javier Martínez Morán también es autor del libro "Astrofotografía: el paisaje nocturno", de Photoclub, y formador en la academia online Fotodidacta junto al también fotógrafo Abián San Gil.